un maestro lo hace sobre toda una vida de experiencias y aprendizaje.
Un profesor enseña el contenido de una materia;
un maestro enseña todo lo que sabe.
Un profesor fue antes un alumno;
un maestro fue un discípulo.
Un profesor enseña conocimientos, necesarios o no, para vivir;
un maestro enseña a vivir.
A un profesor nadie le discute sus afirmaciones;
un maestro está siempre abierto a la sana discusión.
Un profesor no suele conocer a sus alumnos;
un maestro no admite a un discípulo sin antes conocerlo.
A un profesor le imponen la materia a enseñar;
un maestro sólo enseña su saber.
Un profesor evalúa a sus alumnos por escrito;
un maestro lo hace con la mirada.
Un profesor muestra unos conocimientos generales;
un maestro abre todo un camino a sus discípulos.
Un profesor necesita encontrar un colegio donde impartir sus clases;
un maestro es buscado por sus discípulos.
Un profesor cambia de materia según la legislación vigente;
un maestro cambia según su experiencia vital.
Un profesor puede ser joven;
un maestro, nunca (sería una contradicción).
Un profesor nunca se equivoca: si está escrito en el libro es que es así;
un maestro basa su sabiduría en los errores cometidos en el pasado
y en los que aún están por cometer.
Un profesor sólo será respetado si la ley de turno lo permite;
un maestro infunde respeto en todo momento,
incluso a los que no le conocen.
A un profesor también le imponen los alumnos;
un maestro tiene el privilegio de seleccionar él a sus discípulos.
Un profesor abandona a sus alumnos cuando la ley de turno se lo exige;
un maestro sólo los deja cuando él cree que ya no es necesaria su presencia.
A un profesor le estipulan el tiempo que debe pasar con sus alumnos cada jornada;
un maestro vive para sus discípulos, y éstos para él, las veinticuatro horas del día.
El profesor enseña, los padres educan, el gobierno propugna las leyes;
el maestro lo es todo para el discípulo, está por encima de todos.
El profesor castiga al desobediente;
el maestro aprovecha el error del discípulo para darle una lección.
El profesor enseña con el libro por delante;
el maestro lo hace con el ejemplo.
Un profesor impone conocimientos;
un maestro, los propone.
(Jesucristo, modelo de Profesores/as y Maestros/as: Guíalos siempre).
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