"No temas, serás pescador de hombres".
"En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret.
Comentario del Evangelio por: Ludolfo de Saxe (hacia 1300-1378),
Pero el Señor consuela a Pedro enseñándole que la redada de peces tan grande
significa que hará de él un pescador de hombres. «No temas» le dice, no te asustes; más bien cree y regocíjate porque estás destinado a una pesca mucho mayor; se te darán otra barca y otras redes. Hasta este momento has cogido peces con las redes, de ahora en adelante será por la palabra que cogerás hombres. Por la sana doctrina los atraerás hacia el camino de la salvación porque has sido llamado a prestar el servicio de la predicación.
"En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret.
Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca.
Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: "Navega mar adentro, y echen las redes". Simón le respondió: "Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes". Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse. Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos.
Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: "Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador".
El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón.
Pero Jesús dijo a Simón: "No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres". Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron".
Comentario del Evangelio por: Ludolfo de Saxe (hacia 1300-1378),
dominico y después cartujo en Estrasburgo. La vida de Jesucristo, I, c. 29, 9-11
«No temas: desde ahora serás pescador de hombres»
"Pedro se echa humildemente a los pies de Jesús. Lo reconoce como su Señor y le dice: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador» y no soy digno de permanecer en tu compañía. Apártate de mí porque soy solamente un hombre y tú eres el Hombre-Dios, yo soy pecador y tú santo, soy un servidor y tú eres Señor. Que una distancia te separe de mí porque estoy separado de ti por la fragilidad de mi naturaleza, la fealdad de mis faltas y la debilidad de mi poder...
«No temas: desde ahora serás pescador de hombres»
"Pedro se echa humildemente a los pies de Jesús. Lo reconoce como su Señor y le dice: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador» y no soy digno de permanecer en tu compañía. Apártate de mí porque soy solamente un hombre y tú eres el Hombre-Dios, yo soy pecador y tú santo, soy un servidor y tú eres Señor. Que una distancia te separe de mí porque estoy separado de ti por la fragilidad de mi naturaleza, la fealdad de mis faltas y la debilidad de mi poder...
Pero el Señor consuela a Pedro enseñándole que la redada de peces tan grande
significa que hará de él un pescador de hombres. «No temas» le dice, no te asustes; más bien cree y regocíjate porque estás destinado a una pesca mucho mayor; se te darán otra barca y otras redes. Hasta este momento has cogido peces con las redes, de ahora en adelante será por la palabra que cogerás hombres. Por la sana doctrina los atraerás hacia el camino de la salvación porque has sido llamado a prestar el servicio de la predicación.
La palabra de Dios se parece al anzuelo del pescador.
Igual que el anzuelo no coge al pez sino después que éste haya sido cogido por él, así la palabra de Dios no coge al hombre para la vida eterna si no es que primero esa palabra ha penetrado en su espíritu. A partir de ahora son hombres los que tú cogerás. A partir de ahora, es decir, después de lo que ha pasado, después del testimonio de tu humildad, te encargarás de coger a hombres; porque la humildad tiene una fuerza de atracción muy grande, y para poder mandar a otros es bueno saber que nadie se puede gloriar de su propio poder".
Igual que el anzuelo no coge al pez sino después que éste haya sido cogido por él, así la palabra de Dios no coge al hombre para la vida eterna si no es que primero esa palabra ha penetrado en su espíritu. A partir de ahora son hombres los que tú cogerás. A partir de ahora, es decir, después de lo que ha pasado, después del testimonio de tu humildad, te encargarás de coger a hombres; porque la humildad tiene una fuerza de atracción muy grande, y para poder mandar a otros es bueno saber que nadie se puede gloriar de su propio poder".
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